Puse el gato y empecé a aflojar las tuercas. Ya no recuerdo nada más. Me desperté 5 horas después en un Hospital. Tenía la pelvis abierta, un golpe en la cabeza con perdida del sentido, y contusiones en rodilla y codo.
Aparte de ser hoy el aniversario de este hecho, os lo comento para advertir a todos los conductores, de la gravedad de distraerse mientras se conduce.
En aquellos tiempos, no había móvíles ni GPS, pero si radio-cassette.
El coche que me dio el golpe, se fue al lado contrario y choco de frente con el mio, por una distracción al intentar cambiar la cinta.
Son esos tres segundos de perdida de atención, que pueden costarnos la vida o la de los demás.
Pero seguimos viendo, personas conduciendo hablando por el móvil, programando el GPS, y otras barbaridades, por muchas advertencias que nos hagan.
Antes en los autobuses había un cartel que decía: Prohibido hablar con el conductor.
Ahora podrían poner: Prohibido al conductor mandar Washap.
Lo he visto hacer.
PD. El bollado que se ve en la puerta trasera lo hice con la cabeza.
Feliz cumpleaños Angel, a mi me gustan las mil hojas de crema y la tarta de fresas con nata, ejem ejem.
ResponderEliminarEn efecto hace años un accidente era casi como firmar tu sentencia de muerte, pero por otro lado la seguridad y los avances tecnológicos de hoy en día, hacen que en primer lugar hayan menos accidentes y en segundo lugar que sean mucho menos aparatosos..
La distracción estaba y se podía dar tanto en el pasado como en el presente, es algo humano y que está ahí... pero los avances pueden avisarnos hoy en día si nos salimos de carril, si pinchamos una rueda, hasta detectar si estás dando cabezadas ya que dejas de sujetar el volante con la misma fuerza y los sensores situados en él lo llegan a detectar y nos avisan, incluso poder circular km con un neumático pinchado hasta poder llegar a un lugar seguro para cambiar la rueda, como una estación de servicio, cosa imposible hace 40 años, etc.... A día de hoy, esa misma tecnológica que nos puede distraer, también nos hace más seguros, es esa pescadilla que se muerde la cola.
Y dentro de la mala suerte de haber tenido aquel aparatoso accidente, da las gracias a que fuera con ese coche, hoy en día no se hubiera hundido la chapa de la puerta trasera, se te hubiera hundido el cráneo; así que Felicidades y gracias por seguir y estar entre nosotros, porque muchas de las cosas que haces a mi me han hecho, me hacen y me seguirán haciendo una persona muy feliz.